domingo, 12 de junio de 2011

Por las nubes...

"Se me ocurrió la idea de buscar otras tierras donde habitar. Buscaba un lugar más hermoso, más pequeño e íntimo que pueda darme en su abraso mucho más calor". 

Me fui solo unos días, con el amor de mi vida, a pasarlo bien y descansar. Para salir de Lima, hubo que atravesar su techo blandito de nubes algodonosas. Iba en el avión sintiéndome protagonista de un cuento lleno de espectativas por los sucesos futuros. Tan solo era la vista de la ventana del avión, pero espero que los pasajeros-viajeros no se hayan acostumbrado y contemplen la salida y entrada gaseosa de un mundo de posibilidades.

El cielo nunca me ha dejado de sorprender, no importa con cuántas fotos e intentado capturar sus luces, colores y densidades. Una maravilla al alcance de solo estirar el cuello, sobre todo de noche si esta despejado. Sin embargo, he comprobado repetidas veces que a la gente se le olvida. Actualmente somos una raza de cuello de rígido frente a una computadora.

Mi paseo, una maravilla de momentos felices, el Cusco está lleno de vida. Su brillo solar te deslumbra, te ciega. En las mañanas he visto como los niños ensayan bailes sincronizados en la plaza, frente a todos, felices, no necesitan muchas instrucciones de sus maestros, les brota la emoción. Los adolescentes y adultos, no se quedan atrás, sientes su fervor por las calles.  La gente humilde trabaja mucho, muchísimo. Te ofrecen lo que tienen, lo que saben hacer. Aman lo suyo. Muchos idiomas, extranjeros "que ya no desean serlo", curiosidad y movimiento. Creo que tanta energía te deja sin oxígeno. No es la altura.

Descubrí al volver, que a pesar de las maravillas vividas, me quedaría en mi hogar. Que mi búsqueda por mis verdaderos deseos se ha visto mareada muchas veces por el temor que me genera el entorno -lo he sentido en ocasiones demasiado hostil-. Pero el temor, es una bóveda de silencio -hueca- y cualquier ruidito genera un eco repetitivo que choca contra las paredes y retumba...RETUMBA....  Esta bóveda se encuentra en mi pecho.  Y es aquí donde quiero que penetre la luz. Un poco de ese brillo solar.

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